¿Cómo puede un pagano vencer al mundo? Observaciones sobre los Tres discursos edificantes de 1843
Publicado 2013-11-28
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Resumen
Los Discursos Edificantes de 1843 buscan la esencia del hombre y del actuar mismo, y están dirigidos al hombre perfecto, no al esteta ni al ético. El hombre debe perder al mundo, “lo mejor”, su todo, para ganar a Dios y a sí mismo, aunque en este movimiento pierda algo de sí. El hombre, como relación que se relaciona con sí mismo, encuentra la verdad en el amor, lo único que permanece, y por medio de él se relaciona con el mundo y lo gana. El pagano no puede ganar el mundo porque la verdad del hombre se alcanza en lo religioso y el amor se manifiesta como fe, lo único trascendente, la autodeterminación del sujeto, verdadero actuar libre. El amor se identifica con la fe y se gana al mundo con el amor perfecto, que es permanencia y repetición, pues así es como el individuo crea su propio objeto y a sí mismo como eterno en el espíritu mediante el “yo permanezco” del amante. El saber de todas esto deja de ser un saber para convertirse en acción. La verdad es la interioridad.