Entrevista a la Dra. Virgina Aspe Armella

Resumen

Llegué a la biblioteca unos minutos antes. El cubículo que buscaba tiene un acceso un tanto laberíntico, propio de la historia de la construcción que la alberga. Cuando llegué al lugar, la Dra. Aspe estaba trabajando. Escribía rápido, con esa letra clara y amplia que conozco bien. Decidí esperar a que se cumpliera la hora exacta para no interrumpirla. Uno reconoce cuando la mente avanza y es un crimen interrumpir ese proceso. Cuando llegó la hora me asomé nuevamente y vi que estaba hablando por teléfono, pero quise hacerle saber que ya estaba ahí y ya me atreví a tocar la puerta. Pronto terminó su conversación y me hizo pasar.  Tiene una mesa ligera y mientras me saludaba, despejó el espacio para que pudiéramos trabajar las dos. Ese gesto generoso que invita a colaborar, a construir juntas. Le mostré la grabadora que traje para el encuentro y que nos permitiría dialogar con libertad (pese a lo que diga Walter Benjamin). Hay algo intransferible en el encuentro, compuesto por el respeto y la cercanía.