Fazio, Mariano. Kierkegaard. Una introducción. Madrid: Ediciones Rialp, 2023, 196 pp. ISBN: 978-84-321-6511-5

Resumen

Se espera de una recensión que tenga, por lo menos, dos tiempos: uno descriptivo y otro ponderativo (ésta no será la excepción), sólo que presentaremos este último en dos momentos, apertura y cierre; esto se debe a las características del autor del que se trata, Søren Kierkegaard (1813-1855), que lleva a Mariano Fazio (en adelante, el A.) a plantear, desde el principio, el desafío que debe sobrellevar cada lector del Sócrates del Norte. Entonces, la pregunta básica: ¿por qué deberíamos leer esta Introducción? Fundamentalmente, porque es un reclamo a la condición de cristiano, en medio de las paradojas y desafíos del presente; las preguntas y las reflexiones hechas en la Dinamarca del siglo XIX continúan interpelándonos gravemente y el A. coloca una de ellas, la más importante, de inmediato y de manera también desafiante: “¿Hay quien viva con coherencia su fe cristiana?” (p. 12). La pregunta da en el corazón del creyente, porque pone en juego la conexión entre nuestras palabras, nuestros hábitos y el modo en que nos relacionamos unos con otros. Por esta razón, la coherencia del cristiano no es algo ya dado, a excepción de los santos, sino un continuo hacerse, es decir, una maduración, que conlleva la idea de proceso, pero no necesariamente de progreso, pues, efecto, los creyentes de a pie vamos y venimos en medio de nuestras contradicciones, en nuestro camino de encuentro con Cristo o vida de la fe. Éste es, para mí, el núcleo de la invitación de este libro. Y nos convida a través de un teólogo luterano, Kierkegaard, que plantea la naturaleza compleja de la fe y de la vida; y lo hace con tanta profundidad que no es necesario estar de acuerdo en todo con él, pues únicamente la profundidad nos permite el disenso y el encuentro con la claridad de nuestras propias ideas. Con palabras del A.: “Pensamos que vale la pena un examen de conciencia sobre nuestra época, como sin duda Kierkegaard nos hubiera recomendado si viviera en los albores del tercer milenio” (p. 12).